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Estrés y Ojo Seco: Cuando la Tensión También Afecta Tu Mirada

Vivimos en un mundo acelerado, donde la agenda está llena y las pantallas nunca descansan. El estrés se ha convertido en un compañero de viaje para muchos, y aunque solemos asociarlo con fatiga, insomnio o problemas digestivos, su impacto en la salud ocular es menos conocido, pero igual de real.

Historia

Luego de la Segunda Guerra Mundial, muchos pacientes asistieron a los hospitales con síntomas que no podían ser explicados por hallazgos fisiológicos. Posteriormente, se llegó a la conclusión de que factores como el estrés tenían un efecto negativo en los procesos biológicos, como la homeostasis o equilibrio del film lagrimal. Dicha situación traía como consecuencia ojo seco.

 

Qué dicen los expertos

 

Conversando con el Dr. José Manuel Benítez Del Castillo, con quien tuve el gusto de compartir unos días en el último Congreso de la TFOS en Venecia, me comentaba lo siguiente: “no sólo existe una asociación entre ciertos fármacos utilizados para el estrés, depresión y ansiedad, sino que las mismas enfermedades son inflamatorias. El ojo seco es inflamatorio y cuando hay estrés, depresión y ansiedad, disminuye el umbral del dolor, por lo que cualquier estímulo que no debería generar dolor lo hace. Esto genera más estrés, depresión y ansiedad, generando un círculo vicioso que empeora el cuadro”.

 

Un artículo publicado por la American Academy of Opthalmology refiere que las personas con ojo seco u otras enfermedades de la superficie ocular pueden experimentar un “ataque” cuando están bajo mucha presión. “El estrés puede crear un bucle de retroalimentación donde el ojo seco exacerbado crea angustia emocional, lo que empeora aún más el ojo seco”, explica el Dr. McKinney.

 

El Estrés y Tu Superficie Ocular: Un Vínculo Inesperado

 

El estrés crónico activa el sistema nervioso simpático, lo que provoca una serie de respuestas fisiológicas que afectan la producción de lágrimas. ¿Cómo sucede esto?

 

  1. Menos parpadeo, más sequedad: Cuando estamos concentrados, ansiosos o frente a pantallas, nuestro parpadeo se reduce drásticamente. Esto impide la distribución normal de la lágrima, favoreciendo la evaporación.



  1. Inflamación silenciosa: El estrés genera un aumento en los niveles de cortisol, la hormona del estrés. A largo plazo, esto contribuye a la inflamación de la superficie ocular y altera la calidad de la lágrima.



  1. Disfunción de las glándulas de Meibomio: Estas pequeñas glándulas en los párpados producen la capa lipídica de la lágrima, evitando su evaporación. El estrés puede afectar su función, haciendo que la película lagrimal sea inestable.







¿Cómo saber si el estrés está afectando tus ojos?

 

Si después de jornadas exigentes sientes ardor, visión borrosa, pesadez en los párpados o una sensación de arenilla en los ojos, el estrés podría estar detrás de esos síntomas.

 

Estrategias para Cortar el Círculo Vicioso

 

El ojo seco y el estrés pueden alimentarse mutuamente: el malestar ocular aumenta la ansiedad y, a su vez, el estrés agrava el problema. Pero romper este ciclo es posible con pequeños cambios en tu día a día:

 

Haz pausas visuales: Cada 20 minutos, desvía la mirada de la pantalla y parpadea varias veces.

 

Aplica la regla 20-20-20: Cada 20 minutos, mira algo a 20 pies (6 metros) durante 20 segundos.

 

Duerme bien: El descanso adecuado es clave para una película lagrimal saludable.

 

Hidratación y alimentación: Bebe suficiente agua y prioriza alimentos ricos en omega-3.

 

Relajación consciente: La meditación y la respiración profunda pueden ayudar a regular el estrés y mejorar la calidad lagrimal.



Tu Mirada Merece Cuidado

 

En nuestro spa de ojo seco Ver la Vida, combinamos tecnología avanzada con un enfoque humano para brindarte tratamientos personalizados. Si el estrés está afectando tu visión y bienestar, podemos ayudarte a recuperar el equilibrio.

 

Dr. Luis Nieto Silva

Especialista en Superficie Ocular