🎒 Una bolsa llena de gotas… ¿y de riesgos?
En más de una consulta, he recibido pacientes con una bolsa llena de colirios. Una bolsa que, más allá de su contenido, habla de confusión, automedicación, múltiples diagnósticos y, muchas veces, desesperación. En esa misma bolsa he llegado a encontrar hasta seis antibióticos diferentes, gotas para el glaucoma sin diagnóstico confirmado, vasoconstrictores de uso crónico (que dañan la superficie ocular), corticoides, lágrimas artificiales, antiinflamatorios y hasta colirios naturales sin indicación clara. Cada frasquito, una historia. Y muchas veces, sin rumbo.
¿Cómo llegamos a este punto?
Detrás de esa “bolsa de gotas” suele haber un peregrinaje: diferentes médicos, diferentes diagnósticos, múltiples recetas. A veces, la buena voluntad de familiares o farmacéuticos, otras veces la urgencia por calmar un síntoma. El resultado: un cóctel de sustancias con efectos cruzados, interacciones no controladas y una superficie ocular que sufre en silencio.
La superficie ocular no es un laboratorio de pruebas
Tus ojos no deberían ser un campo de ensayo. La superficie ocular es una estructura delicada, con múltiples capas que trabajan en armonía. Alterarla con productos innecesarios o mal indicados puede traer más daño que alivio. Algunas gotas pueden generar dependencia, otras provocar alergias, y muchas simplemente enmascaran el problema real.
En Ver la Vida hacemos las cosas bien
En nuestro centro, creemos profundamente en el diagnóstico certero. Evaluamos la superficie ocular con tecnología de vanguardia y una mirada clínica entrenada. Porque antes de indicar un tratamiento, necesitamos entender qué está pasando. No sumamos gotas, sumamos claridad.
💧 Menos gotas, más precisión.
💬 Menos confusión, más acompañamiento.
¿Tenés una bolsa llena de gotas?
Traela. Conversemos. Vamos a vaciarla juntos y empezar de nuevo, con una indicación personalizada, basada en ciencia y empatía.
Dr. Luis Nieto Silva
Especialista en Superficie Ocular
