Fumar cigarrillos expone los ojos a una mezcla de más de 4.000 sustancias tóxicas. Algunas de ellas dañan directamente las glándulas de Meibomio (encargadas de producir la capa lipídica de la lágrima), mientras que otras afectan la producción y estabilidad de la película lagrimal.

Algunos trabajos científicos sobre el tema son controversiales. El meta análisis: “Smoking and the risk of dry eye: a Meta-analysis” de Li Xu y colaboradores, llega a la conclusión de que fumar aumenta el riesgo de padecer ojo seco en la población general. 

Esto genera:

Mayor evaporación de las lágrimas.

Inflamación crónica de la superficie ocular.

Alteración del sistema inmune local.

El resultado es un círculo vicioso: cuanto más se fuma, peor se hidrata el ojo, y más síntomas aparecen. Incluso el humo del cigarrillo de otra persona puede irritar y secar los ojos en quienes no fuman.

🌬️ ¿Y si solo fumo ocasionalmente?

No hay una “dosis segura” cuando hablamos de salud ocular. Incluso el tabaquismo social o pasivo puede dañar la delicada superficie del ojo. Las personas con predisposición a enfermedades como ojo seco, blefaritis, rosácea ocular o alergias, son especialmente vulnerables.

🌿 ¿Qué pasa si dejo de fumar?

¡Las buenas noticias! Al dejar de fumar:

Mejora la calidad y cantidad de la lágrima.

Disminuye la inflamación ocular.

Aumenta la efectividad de los tratamientos para el ojo seco.

Disminuye el riesgo de enfermedades visuales más severas, como degeneración macular o cataratas.

👁️ En Ver la Vida, te acompañamos

Sabemos que dejar de fumar no es fácil. Pero si estás dando el paso, queremos ayudarte. En nuestro spa de ojo seco, utilizamos tecnología avanzada y un enfoque cálido para restaurar tu salud ocular y acompañarte en el proceso de sanación.

Tu mirada merece claridad. Tu salud, un nuevo comienzo.

Dr. Luis Nieto Silva

Especialista en Superficie Ocular